ALICIA BRUZZO...

ALICIA BRUZZO

ALICIA BRUZZO
ALICIA BRUZZO 29 de septiembre de 1945 - 13 de febrero de 2007

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Alicia Bruzzo (29 de septiembre de 1945-13 de febrero de 2007)

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Alicia Bruzzo

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ALIS

A CERCA DE ALICIA BRUZZO

Alicia Bruzzo
Nombre real
Alicia Liliana Estela Bruzzo
Nacimiento
29 de septiembre de 1945Buenos Aires, Argentina
Defunción
13 de febrero de 2007Buenos Aires, Argentina

Premios ganados
* Premio Konex - Diploma al Mérito (1981)* Premio Martín Fierro (1990)* Premio Konex de Platino (1991)* Premio Martín Fierro (1992)* Premio Estrella de Mar (2003 y 2005)
Alicia Liliana Estela Bruzzo (Buenos Aires, 29 de septiembre de 1955 - íd. 13 de febrero de 2007) fue una reconocida actriz argentina.
Nació en el barrio porteño de Parque Patricios, donde pasó su infancia. Comenzó su carrera artística en los años '70 en televisión, actuando en series como El Rafa, que la hizo saltar a la fama.
Posteriormente trabajó en teatro, entre otras obras, en Yo amo a Shirley, Alta en el cielo, Monólogos de la vagina y Las brujas de Salem. También actuó en cine en películas como Espérame mucho, La mitad negada, Una sombra pronto serás, El Ché, Pasajeros de una pesadilla, De mi barrio con amor y otras.
Entre otros premios ganó el Martín Fierro en 1990 y 1992; y el premio Estrella de Mar en 2003 y 2005.
A principios de febrero de 2007 sufrió una descompensación pulmonar mientras pasaba sus vacaciones en el balneario bonaerense de Mar del Sur, trasladada a Buenos Aires un paro cardíaco desembocó en el fatal deceso. Falleció a la edad de 61 años.

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Trayectoria como actríz.

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Escuela de teatro.

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Artista Plástica.

GALERÍA DE ARTE DIGITAL

GORAN BREGOVIC-UNDERGROUND COCEK

SI TENÉS DUDAS SOBRE TU IDENTIDAD COMUNICATE CON LAS ABUELAS DE PLAZA DE MAYO.

SIEMPRE TE RECUERDO.

SIEMPRE TE RECUERDO.
Alicia Bruzzo-13 de febrero de 2009

lunes, 29 de septiembre de 2014

ALIS ...Siempre te recordaré ...

ALICIA BRUZZO 29 DE SEPTIEMBRE 1945 – 13 DE FEBRERO DE 2007 . Dueña de una belleza especial, a la que no aportaba sólo su figura, sino una intensidad de carácter y un estilo potente de actuación, Alicia Bruzzo fue una actriz memorable. Caminó por muchos géneros y muchas formas; no tenía prejuicios ni temores; así, trabajó alegremente tanto con Darío Víttori y sus comedias teatrales televisadas, como con Narciso Ibáñez Menta, quien la llamó para hacer de Rosita en “El hombre no ha muerto”, en televisión. Siempre recordaba a este actor y su gesto; Alicia era una mujer agradecida. Su inmensa voz hacía juego con su personalidad; era grave, con muchos matices, clara, profunda. Amante del disfrute, “La Bruzzo” gustaba de viajar, y para ello un día decidió irse a Italia por un largo tiempo; allí trabajó cuidando a una niña, y esa experiencia, que duró varios años, era una de las que contaba en sus amenas charlas. Conversaciones que decoraba con buena comida, buenas bebidas, relatos coloridos. Entre sus trabajos teatrales dejaron una estela imborrable “Yo amo a Shirley”, que interpretó primero dirigida por uno de sus maestros, Agustín Alezzo, y luego en una versión propia dirigida por ella misma, en la que se dio el gusto de hacer participar a su hija Manuela Serrano Bruzzo, de por entonces 18 años, fruto de su amor con el director y docente teatral Raúl Serrano, su ex–marido. Una de esas funciones, en enero de 2005, Serrano la vio en primera fila del complejo marplatense Tío Curzio; visiblemente emocionado, se acercó luego al camarín a saludar a Alicia, llorando. Ella, levantando su voz, y riendo, le dijo: “Pero no llores, tonto, si todavía no me morí”. Así era Alicia; sabía que el final se acercaba inexorablemente, pero quería celebrar la vida, junto a sus amores, entre los cuales su hija figuraba al tope. Y ahí la hizo bailar griego junto a un bailarín cubano, como escenas de transición. El mar era uno de sus deleites, y tras haber conocido el Adriático, y muchos otros mares europeos, se regocijaba en el balcón de Tío Curzio merendando frente al Atlántico, en nuestra costa marplatense. El cine contó con su expresión en películas como “Las venganzas de Beto Sánchez”, de Héctor Olivera; “Espérame mucho”, de Juan José Jusid; “Una sombra ya pronto serás”, también de Olivera; “De mi barrio con amor”, de José Santiso; “Pasajeros de una pesadilla”, de Fernando Ayala, junto a Federico Luppi, donde interpretaba a la madre de los Shcoklender. Un personaje que la marcó, donde mostraba su misteriosa y atractiva sensualidad fue La Del Mónico, en “El Rafa” (1980); en ese teleteatro había un triángulo amoroso inédito en nuestra televisión; ahí su personaje seducía por igual a los que hacían de padre e hijo: El Rafa, Alberto De Mendoza, y un jovencísimo Carlos Andrés Calvo, el Cholo en la ficción; “Pobre Clara” fue otro hito, junto a Germán Kraus, en un típico relato del estilo del patito feo que termina siendo un cisne. Inquieta y curiosa, Alicia investigaba técnicas actorales que luego usaría como docente en sus clases teatrales. “Acá hay que venir a trabajar; esto es muy serio, y no me gusta cuando vienen sólo a divertirse”, afirmó alguna vez con respecto a sus alumnos, a quienes trataba con cariño y responsabilidad. Solidaria, cuando se enteraba de alguna necesidad de alguien, estaba siempre atenta; una vez, un fotógrafo, al pasar, le habló de la rotura de su máquina de trabajo, que no podía reparar por falta de dinero; Alicia le preguntó cuánto le hacía falta, y ese fotógrafo jamás olvidó el gesto inmediato de esta inmensa mujer, gracias a la cual pudo reparar su cámara fotográfica. En los últimos años sumó una actividad nueva: al arte digital; pintaba con su computadora: eran abstracciones, mujeres, paisajes, con títulos como “Aliento”, “Paisaje, agua, sol”, “Para activo luz”, “Marino”. Este último título hace alusión a su amado mar, justamente adonde fue a despedirse de esta vida, en paz y creando armonía; tenía una casa en Mar del Sur, en la Costa Atlántica, que pintó en ese momento por última vez, y que decoró a su gusto. Se metió en el mar varias veces, donde quise que luego depositaran sus cenizas; en esta mujer todo tenía un sentido, que ella misma creaba. Cuando partió, Cecilia Cenci, presidenta del sindicato, sentenció: “Murió la mejor de nuestra generación”. Rafael Garritano

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